Jesús Rueda (Compositor)
Hace años cuando escuché por primera vez una obra de Jesús Rueda me gustó mucho, me pareció un compositor lleno de matices, ecléctico, interesante y sobre todo muy original. Años después he tenido la oportunidad de entrevistarle para El Compositor Habla, y he descubierto a un hombre encantador, muy tímido al que esto de las entrevistas y de hablar de él no le gusta nada. Estos días al escuchar otra vez su música he sentido de nuevo la misma intensa y profunda emoción.
Encuentro en sus reflexiones una mezcla de timidez, expectación, incertidumbre, pérdida de fe y tranquilidad. Rueda es un gran observador, un compositor que conoce muy bien su oficio:
“Es aquello que consigue que la idea musical se entienda, esté bien representada en música. Es eso de "componer bien"”. La obsesión por su trabajo, las clases con sus alumnos:
“ver cómo va creciendo su música.” Sus miedos metafísicos y la pasión que siente por su trabajo son algunas de las cosas que nos cuenta en esta entrevista.
Se lamenta también de los que ha cambiado el panorama de la música de un tiempo a esta parte,
“Si echo un vistazo a hace veinte años, entonces había una infraestructura creada en torno a la creación actual que hoy prácticamente ha desaparecido, incluso había desaparecido antes de la crisis: algo tan importante como que la prensa se hiciera eco de los conciertos era fundamental para su difusión. La crisis actuará de muchos modos, y no todos negativos. Supongo que hará una limpieza del mucho lastre que hoy ya no tiene tanto sentido, y obligará a buscar soluciones ante la adversidad económica, construyendo vías alternativas que conecten más directamente con la sociedad. De algún modo la música se halla en un estado de orfandad que precisa ser cambiado. Y será a los jóvenes a quien corresponda la tarea de cambiarlo.”
Defensor de la educación musical:
“La música pide al intelecto memoria y, sobre todo, ordenación del tiempo y del espacio a partir de un discurso abstracto. Creo que esto es fundamental en la primera formación.” Nos habla del silencio
“sin unos límites establecidos: eternidad, horizonte, paz, estatismo, infinitud. O puede tener un potencial expresivo tremendo si se encuentra situado entre dos polos sonoros, como si fuera un abismo abierto en medio del sonido.”
Rescataría del pasado a la música española cruelmente olvidada.
“Posiblemente sea uno de los escollos en nuestro modo de entender de dónde venimos, quiénes somos, qué significamos. Sin conocerla estamos condenados a dar palos de ciego importando fórmulas.”. Y vive la crisis como una oportunidad de:
“cambio, una nueva situación, unos nuevos conceptos para unas necesidades nuevas. Esto lo hace impredecible y, por lo tanto, excitante. Hay que estar muy atento, pendiente del panorama y de lo que ocurre dentro de la música.”
No espera nada del futuro, le gusta reír y le resulta difícil describir su música:
“me mueven sentimientos y emociones fuertes, conceptos como el absoluto, el infinito... Creo que hay algún tipo de sinestesia entre los colores y las formas y la traducción que hago de ello en música.” Piensa que:
“Aquellos que siguen su intuición y son valientes terminan encontrando un camino”. Es un hombre de gustos variados y sencillos: una taza de café. No... mejor dos., los libros que aún no ha leído, no hacer nada, Casablanca, Borges, Bill Evans, Mozart, Wagner, Mahler y volar sobre todo volar .
El Compositor Habla