ISSN 2605-2318

Artistas

Ismael G. Cabral (Colaborador) 

«Posadas, Guerrero y Xenakis confrontan al oyente con una carga de energía inconmensurable» Josep Planells Schiaffino


10/06/2024

Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla


 
Compositor y director de orquesta, Josep Planells Schiaffino (Valencia, 1988) se pondrá al frente el próximo viernes, 14 de junio, de la Orquesta Nacional de España para dirigir un concierto que, sobre el papel, tiene visos de ser histórico. En el contexto del Festival FOCUS que esta edición ha comisariado Tomás Marco, el conjunto sinfónico abordará un programa con una obra de estreno, firmada por Alberto Posadas, y dos de las partituras más sobresalientes de Iannis Xenakis y Francisco Guerrero. Sobre Planells Schiaffino, con quien conversamos, ha recaído el empeño. El músico comparte sus impresiones sobre las dificultades interpretativas y los lenguajes de los creadores que abordará y comenta también diferentes aspectos del trabajo como compositor que él mismo realiza, teniendo por delante el desafío de sacar adelante su segunda ópera.
 


1. Ismael G. Cabral: Alberto Posadas, Iannis Xenakis y Francisco Guerrero. Son los tres compositores que abordará en el concierto que dirigirá a la Orquesta Nacional de España (ONE) el próximo 14 de junio. La ocasión es extraordinaria e inaudita, habría que remontarse años atrás, a los tiempos del ciclo musicadhoy para encontrar un programa de estas características. ¿Cuál es su visión del concierto, de las obras que lo integran?
 
Josep Planells: En primer lugar, creo que los supuestos formalismos (los tres compositores utilizan algún tipo de formalización inspirada en modelos exógenos a la música) quedan relegados a un segundo plano ante la urgencia dramática que las tres obras desprenden. Con ello no quiero decir que “signifiquen” nada distinto de lo que son - claro, uno siempre puede imaginarse con músicas tan plásticas como estas desde la creación de una montaña a la colisión de dos estrellas (ciertamente esta música puede “soportar” estos y otros significados)-, pero lo que es innegable es que confrontan al oyente con una carga de energía tan inconmensurable que desprenden una gran emoción: desde Xenakis (Jonchaies), quien con sus modelos estocásticos lleva la densidad de las superposiciones rítmicas y la saturación del espectro sonoro hasta el paroxismo, pasando por Guerrero (Coma Berenices) y su desarrollo de procesos orgánicos tejidos microscópicamente a través de movimientos brownianos, hasta Posadas (Königsberger Klavierkonzert), de quien hablaremos más en detalle más tarde.

 
«Por otra parte, tampoco cabría pensar que se sitúan realmente fuera de la tradición, ya que podríamos citar a numerosos compositores en cierta medida precursores, desde los polifonistas francoflamencos a otros tantos renacentistas, los cuales llevan cada voz hasta el límite de la atomización, llegando a crear en ocasiones un caos organizado»
 













2. I.G.C.: Considerando los tiempos de ensayo y la inmensa dificultad de estas partituras, ¿cómo se está enfrentando a la preparación de las obras en las sesiones previas al concierto?
 
Josep Planells: La ONE ha conseguido aunar la excelencia en el repertorio tradicional con un compromiso con nuestro tiempo, algo que la convierte en un referente internacional. Personalmente, creo que la mayor dificultad reside siempre en una obra de estreno, más tratándose de un concierto con solista. Es por ello que cuando organicé el plan de trabajo me aseguré de que la obra de Posadas dispusiese del tiempo necesario. La principal dificultad en Jonchaies y Coma Berenices estriba en ser capaz de perfilar los desfases milimétricos de cada línea individual dentro de una masa sonora uniforme, pero siempre en movimiento. No se trata simplemente de controlar las dinámicas y ritmos de cada estrato: todo gesto tiene que ir acompañado de significado y ser capaz de entrar en el complejo flujo del trazo macroformal para convertirlo en inteligible.

 
«En cuanto al Königsberger Klavierkonzert, mi foco estará en tratar de conseguir una concertación fluida y facilitar en la medida de lo posible la tarea del solista, que se enfrenta a una partitura de enorme dificultad técnica»
 









3. I.G.C.: ¿Qué puede avanzar de la nueva partitura de Alberto Posadas?
 
Josep Planells: Soy un gran admirador de la música de Alberto, la cual es un fiel reflejo de su honestidad como persona. Es cierto que no es fácil compartir programa con las obras más representativas de dos grandes maestros, pero este concierto para piano refleja a un Posadas maduro a la altura de los grandes músicos de la actualidad. Como aperitivo al concierto, recomendaría escuchar el fantástico CD aparecido en Wergo y grabado por el solista del concierto, Florian Hölscher, con sus obras pianísticas. Tanto aquí como en el concierto observamos un pianismo que, más allá de las rugosidades texturales habituales en Posadas, mantiene ecos schumannianos y scarlattianos. En esta nueva obra, Posadas explora la relación solo-tutti más allá de la dialéctica tradicional. Para ello utiliza recursos inspirados en la naturaleza, así como cuadrados mágicos. A nivel técnico, está basada en los circuitos de Euler y en la teoría de grafos (el título hace alusión precisamente al célebre problema de los siete puentes de Königsberg). En el primer movimiento, estos circuitos organizan la sucesión de los materiales (que el compositor organiza en seis familias) y la relación entre ellos. El segundo, deriva parcialmente de una melodía gregoriana que actúa como gesto propulsor, siendo todo englobado en un ambiente ritual. El tercero, menos complicado a nivel formal que el resto, pero de un virtuosismo endiablado, es una especie de rondó con tintes scarlattianos. A diferencia de lo que uno podría esperar conociendo sus técnicas instrumentales -véase el caso de sus obras para saxofón-, solamente en el segundo movimiento hay sonidos ampliados en la parte del solista (dentro del arpa del piano). Hay, pues, más que una gran profusión de materiales, una depuración y concentración de los mismos.
 
4. I.G.C.: Xenakis, desde luego discográficamente, ha tenido (y tiene) un gran defensor que es el maestro Arturo Tamayo. ¿Toma en consideración estas grabaciones -o alguna otra- a la hora de situarse estética e interpretativamente frente a una partitura como Jonchaies?
 
Josep Planells: Más allá de la grabación del maestro Tamayo (que pasa por ser una referencia), conozco también las de Gilbert Amy con Philharmonia, la de Tabachnik con Radio France y la grabación en directo que Petrenko hizo con la Filarmónica de Berlín el año pasado. Con Jonchaies, así como con el resto de obras que dirijo, tomo todo documento disponible como fuente de estudio, pero en términos finales no pretendo decir lo mismo ni imitar a nadie. Con ello no quiero decir que trate de “añadirle” nada mío. Simplemente constatar que la manera de acercarse y preguntar a la partitura es siempre distinta. Cada intérprete tiene una sensibilidad y conocimientos distintos con las que aporta una lectura distinta, lo que progresivamente va enriqueciendo hermenéuticamente a la obra. Tengo la suerte de haber interpretado ya una gran partitura de Xenakis, como es su única ópera, Oresteïa, la cual dirigí en el Theater Basel (con dirección escénica de Calixto Bieito). Jonchaies es muy distinta en muchos aspectos, pero guarda algunos rasgos en común, como son la búsqueda de un sonido atávico, ancestral y “subterráneo” que conecta con las experiencias más fundamentales del ser humano.
 
«Es todo un reto enfrentarse a esta partitura y es un verdadero privilegio poder embarcarme en esta aventura con la Orquesta Nacional»
 






5. I.G.C.: Como compositor que también usted es, ¿de cuál de las músicas de las que venimos hablando se siente más cercana?
 
Josep Planells: Las preguntas a nivel personal y generacional pueden variar, pero también tienen una base común (las cuestiones acerca de la articulación temporal, periodicidad, recursividad, imbricación horizontal-vertical o memoria no se agotan nunca). En este sentido, encuentro resonancias en los tres compositores, pero también matices distintivos. Los siento cercanos en cuanto a la búsqueda de una lógica formal interna (bien sea a través de fórmulas matemáticas, algoritmos o fractales que aporten coherencia estructural al discurso) y por una cierta posición de distancia observadora ante la naturaleza y el hecho musical. Por otra parte, diría que me distancian una visión topológica de las alturas -y por ende de la armonía-, así como el espesor del tejido textural. Afortunadamente, lo que me une a ellos se encuentra a nivel mucho más profundo.
 
6. I.G.C.: ¿Cómo reparte su tiempo en la doble tarea que ejerce de compositor y director?
 
Josep Planells: Intento que se reparta equitativamente. Desde hace años he tenido como modelos a seguir los perfiles de compositores-directores como Boulez, Knussen o Eötvös, la reciente pérdida de este último, quien fue un mentor y alguien muy importante en mi formación, deja un vacío muy grande en este sentido. Considero que estas dos vertientes no son siempre fáciles de compaginar, más todavía cuando el mercado tiende a compartimentarlo todo. Pero lo cierto es que soy tanto una cosa como la otra.
 
7. I.G.C.: Usted también ha dirigido música de repertorio. ¿Es una manera de esquivar la consideración de especialista en música actual con la especificidad que esto conlleva?
       
Josep Planells: Ciertamente, un perfil como el mío suele estar más asociado con la música de nueva creación, en cualquier caso, si se trata de dirigir formaciones como la Orquesta Nacional de España en repertorios con la calidad de las obras del concierto que haremos, pues bienvenido sea. Pero es obvio que me interesan también infinidad de músicas. Hace un par de meses dirigí en la Filarmónica de Ljubljana un programa que incluía conciertos para trompeta barrocos y El amor brujo. También dirigí no hace mucho una nueva producción de La Flauta Mágica en el Teatre Principal de Palma y tengo proyectos operísticos de repertorio en el horizonte próximo. Creo que, en ocasiones, la cuestión de la especialización tiene más que ver con lógicas comerciales que artísticas. En mi opinión, un intérprete tiene que estar siempre abierto a lo desconocido, y esto puede ir desde realizar estrenos absolutos a replantear una obra de repertorio.
 
8. I.G.C.: Entre sus próximos proyectos se encuentra la composición de su segunda ópera, La Invención de Morel. ¿Qué puede avanzarnos de ella y dónde podrá conocerse?
 
Josep Planells: La Invención de Morel es un proyecto que empezó a fraguarse durante mis primeros años de estudio en Berlín, hace casi 15 años. En 2021, tuve la suerte de recibir una Beca Leonardo de la Fundación BBVA que financió la composición de la ópera. La adaptación del libreto corrió a cargo de Susana Gómez. La partitura está, a falta de pequeñas revisiones, lista para el estreno. El proyecto ha despertado el interés de distintos teatros y tenemos conversaciones avanzadas con uno. La situación para poner en los escenarios un proyecto como éste no es sencilla en nuestro país, pero espero que pueda llevarse a cabo pronto.
 
9. I.G.C.: Recientemente ha sido asistente del titular del Intercontemporain, Pierre Bleuse, en el Liceu de Barcelona con la ópera Orgia de Hèctor Parra. ¿Qué se lleva de esta experiencia?
 
Josep Planells: He trabajado en el Liceu en distintos proyectos los últimos años. Del trabajo con Pierre Bleuse, un excelente músico, guardo muy buen recuerdo. Por otra parte, Hèctor Parra es uno de los compositores más destacados a nivel europeo, especialmente en el ámbito del teatro musical. Si bien las estrategias dramatúrgicas que me interesan en este momento difieren de las suyas (¡y está bien que así sea!), me ha resultado muy interesante ver cómo trabaja la articulación temporal y las olas energéticas en una ópera con una duración y orgánico similar a La Invención de Morel.
 
10. I.G.C.: Ha recibido clases de compositores tan enfrentados estéticamente como Ferneyhough y Rihm, entre otros…
 
Josep Planells: Uno no deja de aprender de los maestros, igual que ahora con Alberto Posadas, con quien también estudié en Royaumont. De cada uno se aprenden cosas distintas. Hay clases de composición muy técnicas en las que uno puede estar discutiendo durante horas las implicaciones formales de un simple enlace armónico y otras que pueden desarrollarse con pocas palabras, como cuando a mitad de una clase con Salvatore Sciarrino en Acanthes empezó a llover y nos quedamos escuchando la lluvia, en silencio. Con Wolfgang Rihm he vivido momentos similares (hay cosas que, como el asombro, no se pueden enseñar). Más allá del poso que hayan podido dejar mis maestros, yo no sabría situarme estéticamente, al menos en lo que se refiere a etiquetas o -ismos. Tampoco busco escribir una música que se identifique con mi persona o algún tipo de identidad. Tengo claro que no me interesa una música ni académica, ni comercial, ni rompedora, ni cómoda, ni vanguardista, ni manierista, ni tradicionalista, ni fetichista, ni post-modernista, y un largo etc. Por eso mi campo de investigación no se centra tanto en el material como en su gramática y articulación formal, desde donde creo que mi discurso puede conseguir una profundidad expresiva. Así pues, desde un acercamiento siempre crítico, trato de crear contextos para que la música hable.
 
11. I.G.C.: Una obra suya, Con sprezzatura, que se puso en los atriles de ONE, ¿continúa siendo identificativa de su pensamiento musical actual?
 
Josep Planells: Si bien es cierto que en cada obra hay cosas que se cierran y otras que se abren, creo que Con sprezzatura, compuesta entre los años 2019 y 2020, representa más bien el final de una etapa para mí. Desde entonces he simplificado considerablemente tanto el lenguaje armónico como la densidad contrapuntística. También he pasado de estar obsesionado con distintas formas de variación (como también ocurre en Album, trío en 13 movimientos generados a partir de un mismo patrón) a una música que se acerca a formas narrativas más lineales. En esta línea situaría a Arlecchino, Contrafactum I: de Cabanilles y Atlas Mnemosyne. Podría decir que, sin abandonar la complejidad estructural, estoy en un proceso hacia una mayor ligereza, fluidez y refinamiento formal. Pero esto es algo que se ve con el paso de los años, más que de una obra a otra.
 





12. I.G.C.: ¿Dónde podrá vérsele/escuchársele en la próxima temporada 2024/25?
 
Josep Planells: En unas semanas la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana y el Cor de la Generalitat Valenciana, dirigidos por Pablo Rus, estrenarán y grabarán la citada Atlas Mnemosyne. Esta obra se incluirá en el CD que saldrá a finales de año con mis últimas obras orquestales. En agosto, el ensemble Sonido Extremo y Jordi Francés volverán a interpretar Arlecchino en el Festival de Santander y en el Espacio Turina de Sevilla. Asimismo, el Zafraan Ensemble de Berlin lo hará en Alemania dentro de unos meses.
En septiembre dirigiré a la Bilbao Orkestra Sinfonikoa en el marco del Festival Musikagileak.  En calidad de director asistente de Josep Pons, participaré en la nueva producción de Lady Macbeth del distrito de Mtsenk del Liceu. En mi faceta pedagógica, también me ocuparé de dirigir distintos proyectos en el Conservatori del Liceu. A partir de 2025 se me presentan bonitos retos en el horizonte.


La foto de Josep es de Darja Stravs en la Filarmónica de Ljubljana
 
Ismael G. Cabral, junio 2024
 

 

 
 
 
 

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