Nieves Pascual León estudió Piano y Musicología en el Conservatorio Superior de Música de Valencia (2008), compaginando estos estudios con los de Administración y Dirección de Empresas (Universitat Politècnica de València, 2011). Es Doctora en Música (2015) con una tesis dedicada a la obra pedagógica de Leopold Mozart y a la interpretación musical en el siglo XVIII. Es catedrática de Musicología por oposición en el Conservatorio Superior de Música de Valencia y, desde septiembre de 2021, ocupó la plaza de Jefa del Servicio de Música y Artes Escénicas en el Ministerio de Educación y Formación Profesional. Desde febrero de 2024 es Subdirectora de Música del Palau de la Música de València e Intendente de la Orquesta de València. Ha participado en proyectos de investigación musicológica de ámbito nacional y está presente en los principales foros de esta disciplina. Se ha incorporado a la reapertura del Palau de la Música, que se produjo en octubre de 2023, tras cuatro años de obras, que no de silencio musical. Aún queda una última fase cuyos trabajos no van a afectar ni al cuerpo principal ni a la programación. Para evitar los ruidos derivados de las mismas, se realizarán en horas en que la orquesta no tenga actividad. Se prevé que en 2027 las obras hayan finalizado.
1. Gema Pajares. Desde la ventana de su despacho en el Palau de la Música se puede ver la silueta del Palau de les Arts. Dos grandes emblemas musicales de Valencia y de la vida cultural española. ¿Se llevan bien entre ustedes?
Nieves Pascual: Nuestra convivencia es absolutamente pacífica. Y, efectivamente, nos vemos desde la ventana. Casi podemos saludarnos porque estamos en línea recta. La proximidad física es un hecho, compartimos un mismo espacio y también público.
«Es una fortuna que en esta ciudad tengamos dos auditorios de esta altura y con esta actividad. Ambos caminamos juntos»
2. G. P.: Accedió al cargo de Subdirectora de Música del Palau de la Música de València e Intendente de la Orquesta de València en febrero de este año. ¿Qué balance hace de estos nueve meses?
Nieves Pascual: Me ha cambiado la vida. El trabajo es ingente y el balance, positivo. En cuanto llegué aquí tuve que tomar conciencia de la interconexión de procesos que se dan con profesionales procedentes de diferentes mundos, desde la orquesta al personal técnico. Todos ellos conviven y nos enriquecen. Y tenemos que estar pendientes de ellos y de sus necesidades. Mantenemos reuniones con los diferentes equipos con el objeto de escuchar y tomar el pulso. Es, fundamentalmente, un trabajo de equipo al que estoy dedicada en cuerpo y alma y cuya actividad, por ejemplo, difiere bastante en la franja de la mañana y en la de tarde.
«Cuando cierro el despacho y me marcho a casa sueño con lo que vendrá al día siguiente»
3. G. P.: Usted procede del mundo de la gestión musical y de la música, ambos no le son ajenos. ¿Tiene la relevancia que realmente merece desde la Administración?
Nieves Pascual: Mi perspectiva es parcial, en el sentido de que percibo lo que sucede en Valencia porque es aquí donde vivo y trabajo, y puedo decir que el interés desde las instituciones es unánime. La clave es unir esfuerzos y trabajar por la cultura en general. No se trata solamente de que el Palau de la Música y el Palau de les Arts reciban atención, sino que el interés sea generalizado. Yo puedo decir que el apoyo en nuestro caso a ambas instituciones se ha mantenido en el tiempo y espero que siga siendo así.
«El compromiso con la cultura es comprometerse con bienes que son absolutamente necesarios para el alimento de los ciudadanos y de la ciudad»
4. G. P.: El programa de la presente temporada, que acaba de arrancar, resulta bastante interesante. Lo han calificado algunos críticos incluso de apabullante, con grandes orquestas, grandes directores y grandes intérpretes. ¿Si se quiere se puede?
Nieves Pascual: El público valenciano, que es exigente, está acostumbrado a la presencia de grandes nombres, ya sean orquestas, solistas o directores. Siempre hemos estado muy bien situados en el mapa musical y Valencia ha sido lugar de paso de grandes conjuntos musicales. Hemos pasado cuatro años de parón mientras se terminaban las obras del Palau, pero no ha dejado de programarse y escucharse música en diferentes auditorios de la ciudad, que nos han acogido. Aquí van a tocar orquestas de primer nivel. Nos parece muy importante que se pueda establecer un diálogo entre lo nuestro y las grandes formaciones europeas, por ejemplo. Y queremos que la calidad y la excelencia sean la tónica. No se trata de un hito concreto, de esta temporada únicamente. Y queremos subrayar que Valencia está en el mapa cultural.
5. G. P.: La excelente fama de la Orquesta de Valencia es un hecho. ¿En qué momento se encuentra?
Nieves Pascual: Hay que venir a escucharla porque está en el mejor momento artístico de su historia. Lo dicen los críticos y nosotros estamos francamente contentos con su trabajo. Su vuelta al foso de la Sala Iturbi, que es su casa, es un reencuentro con su sonido, que es magnífico.
6. G. P.: ¿Le dan los músicos muchos quebraderos de cabeza?
Nieves Pascual: En absoluto. Es un cuerpo fantástico, muy estable y cohesionado. La orquesta está formada por gran cantidad de músicos de la tierra y se respira un mismo sentir. En las reuniones que mantenemos con ellos nos plantean cuestiones que ayudan a reflexionar sobre el contenido de los conciertos, por ejemplo. El diálogo con ellos es constante.
7. G. P.: Volvemos a la programación. Son todos los que están y están todos los que son, aunque imagino que habrá hitos que son destacables.
Nieves Pascual: Todos los artistas que van a pasar por este auditorio son especiales. Hemos inaugurado la temporada nada menos que con la
Sinfonía Alpina, de Richard Strauss, y el 8 de noviembre se va a poder escuchar la
Sinfonía Resurrección de Mahler con la Orquesta de València, dirigida por su titular Alexander Liebreich. Van a pasar por aquí también la Filarmónica de Helsinki dirigida por Jukka-Pekka Saraste, nos visitará Yuja Wang con la Mahler Chamber Orchestra, Marta Argerich. En diciembre tendremos un homenaje a Joaquín Rodrigo, y tenemos a François Leleux y Toshio Hosokawa como artistas residentes. Una fecha para marcar en rojo será el 20 de junio la Novena de Mahler y un mes antes, el 16 de junio, Así habló Zaratustra, sin olvidar la presencia de la Staatskapelle de Dresde, que tocarán la Integral de kas sinfonías de Schumann con Daniele Gatti, a Europa Galante, el Mesías con Harry Christophers o la Filarmónica de Múnich con Hilary Hahn. Ha sido mucho trabajo, pero estamos contentos y orgullosos de poder ofrecer esta programación. Hemos estado encima y supervisado desde el más mínimo detalle para que todo suene como debe.
8. G. P.: Están casi todos, aunque falte Klaus Mäkelä, el joven director del momento al que todos los auditorios quiere tener cerca…
Nieves Pascual: Esperamos que pueda venir en otra ocasión. No caben todos los grandes en la misma programación ni al mismo tiempo. Desde luego que ahora son todos los que están. Es necesario contar con el tiempo y con las agendas, la mayoría de las veces muy complicadas, por eso se trabaja a años vista.
«Creo que nuestra programación es completa y exhaustiva»
9. G. P.: El Barroco está presente en las programaciones de los grandes teatros. ¿Cree que se debe a algo en especial o es una mera coincidencia?
Nieves Pascual: Yo creo que no obedece a un hecho concreto. Ni siquiera hay un aniversario para esta efervescencia, ni existe una intención unívoca. La música contemporánea y la Barroca, a pesar de su aparente lejanía, se dan la mano. La Barroca gusta mucho y no olvidemos que tenemos figuras como Orlinski o Jaroussky que despiertan en el público verdaderas pasiones. Todo contribuye.
10. G. P.: ¿El público ha respondido bien tras el paréntesis de cierre del auditorio?
Nieves Pascual: Hemos tenido cuatro años para realizar una nueva lectura de lo que queremos que sea nuestra relación con el público y, en este sentido, ha sido una época bastante interesante. Los hábitos de consumo cultural han cambiado lo mismo que la manera del público de relacionarse con la oferta cultural. La venta de abonos ha crecido, aunque el año pasado, sin ellos, notamos que el público esperaba hasta última hora para comprar la entrada. La planificación que se daba años atrás ya no existe. Ahora, quizá marcados por todo lo que ha supuesto la pandemia, tenemos que ir partido a partido. El largo plazo de antes se ha convertido ahora en el día a día. Y en eso las redes sociales son un instrumento importante. Nos queda, en este sentido, aún camino por recorrer.
11. G. P.: ¿Se puede hablar de una incorporación de público nuevo?
Nieves Pascual: No hay datos estadísticos que lo avalen. Simplemente, nos movemos y tenemos la percepción de lo que nos dice la taquilla. Se mantiene el espectador tradicional y estamos tratando de que los jóvenes, los estudiantes, sobre todo, se acerquen. Antes lo hacían a nivel individual comprando su entrada y ahora lo estamos haciendo a través de los centros educativos. Es una relación que tenemos muy clara y que vamos a fomentar sin duda. Estamos trabajando en materia de precios, con descuentos e incremento del número de entradas disponibles, y en el plano educativo. La presencia de jóvenes es bastante alta, por ejemplo, en los conciertos con solistas de piano y en agrupaciones que salen del sinfónico tradicional, como es el ciclo de jazz.
12.- G. P.: ¿Necesitaba el aficionado volver a encontrarse con el Palau?
Nieves Pascual: Sin duda. Nos hemos sentido abrumados por la recepción, por la acogida al volver. Teníamos cierto temor a que se hubiera perdido la rutina y la costumbre, porque cuatro años son mucho tiempo, pero nada más lejos de la realidad. El público nota la cercanía y se vuelca. El departamento de taquilla colapsó por la demanda de venta de entradas. Hemos crecido con respecto al curso anterior y la perspectiva que tenemos es estupenda. Tenemos 1.022 abonos vendidos.
13. Usted ha ejercido la docencia. ¿Cómo percibe el panorama de la enseñanza? ¿Son ajenos los conservatorios a los problemas que vive el sector?
Nieves Pascual: He trabajado cinco años en el Conservatorio Superior de Música de València y dos años y medio como Jefa del Servicio de Música y Artes Escénicas, por tanto, tengo una doble visión. Creo que falta una verdadera aplicación de los principios que emanan de la legislación. Que la práctica interpretativa e investigadora se plasme en las plantillas, mayor flexibilidad y adaptación a un entorno que es cada vez más cambiante y que exista una mayor permeabilidad. Los conservatorios no son ajenos a la música que se está haciendo ni a los problemas del sector. Es un cuerpo muy implicado que sabe, es consciente de la realidad y participa con propuestas concretas. No están al margen.
14. G. P.: ¿Es todavía la música contemporánea el gran campo de batalla de auditorios y programadores?
Nieves Pascual: Creo que el público está cada vez más hecho a la música contemporánea. Al principio, años atrás, se le notaba reacio. Sin embargo, yo observo que ahora está bastante cómodo. Y yo, en este sentido, me he encontrado con la labor hecha, lo que no quiere decir que no haya que seguir trabajando cada día. Es fantástico observar la familiaridad que demuestran con otros lenguajes, que, aunque parezcan separados y distantes, se dan la mano con la música de repertorio.
15. G. P.: Es una labor, la de la música contemporánea, usted lo ha dicho, que hay que hacer y alimentar cada día.
Nieves Pascual: Es constante, desde luego. Nosotros pensamos el porqué de las piezas que incluimos en nuestra programación. No vale cualquiera, ni tiene que estar porque haya cuotas. Han de ensamblarse y lograr ese equilibrio para que la balanza no se incline demasiado hacia un lado, que esté compensado y que exista esa combinación entre el repertorio y lo actual para que el público no pierda la referencia con la música contemporánea. Nuestros músicos residentes están incluidos en los programas y esa es una manera de que el espectador no extrañe ese lenguaje. Nunca hay que forzar la máquina. Por ejemplo, el 31 de enero tenemos un programa muy interesante con un estreno de Carlos Fontcuberta,
Orbes. Quasi una passacaglia, junto a Chaikovski y Mendelssohn. Y el 7 de marzo se podrá escuchar a Sofia Gubaidulina, Claudia Montero con el
Concierto en blanco y negro para piano y orquesta de cuerdas y
El pájaro de fuego, de Stravinski.
16. G. P.: En el Palau de la Música, por tanto, cuenta.
Nieves Pascual: La música contemporánea no está de relleno ni se disimula en nuestra programación. Los encuentros que hemos mantenido entre compositores y alumnos en años anteriores han resultado estupendos. Para disfrutar la música actual hay que conocerla, y para amarla es necesario comprenderla y creo que no siempre se hace así. ¿Es necesario entender el arte contemporáneo para poder disfrutar de él? Simplemente, hay que abrir los sentidos. Hay que ir a la sala de conciertos y probar sabores nuevos para gozar con ellos y tener los sentidos más atentos a lo que nos están ofreciendo. La creación actual tiene peso y procuramos dárselo. Estamos trabajando para temporadas futuras en proyectos de composición con encargos. No es algo que dejemos a la improvisación, sino que ha de estar incardinado en la temporada. Aquí no se programa al azar, todo tiene un motivo.
La foto de Nieves es de Live Music Valencia