«Márton Illés, o la plenitud de la herencia magiar»
07/10/2022
Una crítica de Paco Yáñez para El Compositor Habla
MÁRTON ILLÉS: Three Watercolors; Psychograms I, II & IV. ensemble recherche. Südwestrundfunk, producción. Roland Rublé, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 79:21 minutos de duración grabado en el Hans-Rosbaud-Studio de la SWR Baden-Baden (Alemania), los días 23 a 25 de noviembre de 2020, 17 y 18 de diciembre de 2020, y 23 de julio de 2021. Kairos 0015066KAI.
Más allá de las generaciones de los maestros de gran renombre internacional, como los György Kurtág o Péter Eötvös, en la Hungría del siglo XXI van tomando el relevo nuevas hornadas de compositores que, paso a paso, se han hecho un sitio ya no sólo en los más prestigiosos festivales europeos dedicados a la nueva música, sino en los sellos discográficos de referencia en dicho repertorio.
Uno de los que más reputación ha ido adquiriendo en la actualidad es Márton Illés (Budapest, 1975), de quien hace ya diez años Wergo (WER 6584 2) publicó un estupendo monográfico que cubría la producción del húngaro en la primera década de este siglo, llegando hasta la camerística Scene polidimensionali XVI "...Körök" (2008-09), una partitura que mostraba la predilección de Márton Illés por la composición a través de ciclos de largo desarrollo, en los que trabaja incansablemente sobre ideas musicales que van incorporando no sólo una amplia paleta de técnicas, sino diversos ecos en los que se sintetiza esa proteica herencia de la música magiar junto con las corrientes más sustantivas de las estéticas contemporáneas centroeuropeas.
Tal y como sostiene Eckhard Weber en sus notas para este compacto del sello Kairos, la producción musical de Márton Illés a partir del año 2010 (por tanto, tras lo recogido en el compacto del sello Wergo, lo que daría un mayor valor representativo al díptico que conforman aquel disco y este nuevo de Kairos) se caracteriza por una intensa fisicidad basada más en el propio sonido que en alturas, melodías o armonías: por tanto, un salto que nos remite, en cierto modo, al acometido (dentro de la música húngara —aunque hubiese sido efectuado en Alemania—) por György Ligeti a finales de los años cincuenta del pasado siglo. Esta transformación en su comprensión del sonido obliga a Márton Illés a desarrollar modelos de escritura muy personales, definidos por Weber como una mezcla de notación convencional con tablaturas y diseños gráficos, realizados con una enorme delicadeza y perfeccionismo, de cara a que sus meticulosos planteamientos energético-musicales sean comprensibles para los intérpretes.
Desde luego, el ensemble recherche de Friburgo parece haber comprendido a la perfección esta minuciosa notación, pues su monográfico dedicado a Márton Illés en Kairos funciona a las mil maravillas, ya sea en las piezas camerísticas, ya en las solistas, como Három akvarell klarinétra (2014), partitura que abre el disco introduciéndonos en la serie de Three Watercolors que aquí escuchamos, comenzando por su capítulo para clarinete solo. Como en las acuarelas que dan título a este ciclo, la música se convierte en un entramado líquido en el que se producen constantes superposiciones e intercambios de color, aunque lejos estemos de partituras monolíticas en cuanto a técnicas y estilo, pues en esta primera acuarela para clarinete solo los ecos conectan a Márton Illés con el Boulez del Dialogue de l'ombre double (1985), en los movimientos primero y tercero, mientras que en los ritmos tan aguerridos y contrastantes del segundo movimiento (de impresionante articulación a través de multifónicos) es imposible no escuchar ecos de la sección H del 'Allegro corrente' del Doppelkonzert (1972) de György Ligeti. Asimismo, una densa y sutil red microtonal ayuda a tender todo un trazo que compacta la obra desde su primer movimiento hasta el tercero, ahondando en esos vínculos entre energías, música y plasticidad pictórica.
La siguiente entrega de estas acuarelas musicales, Three Watercolors for Accordion, Piano and String Trio (2016-20), utiliza una plantilla poco ortodoxa, pero de lo más útil para mostrar cómo cada uno de esos timbres, a modo de color instrumental, entra en proceso de disolución con los restantes, previa muestra de sus idiosincrasias individuales, antes de acometer tal fusión. Así, si el primer movimiento evidencia un gran predominio del acordeón —en su arranque—, mientras que en el segundo adquiere una notable preponderancia el piano, en la tercera acuarela los espectros cromáticos de cada instrumento acaban encontrando a los restantes del quinteto, dando lugar a que las pinceladas precedentes se conviertan en textura polícroma y densidades compartidas (un concepto, de nuevo, de raigambre ligetiana, al jugar con los extremos de los mecanismos individuales (más rápidos, aristados y granulados; especialmente, en el primer movimiento), frente a las nubes de color (tan estáticas y esfumadas, que predominan en el tercero, con su tensa microtonalidad y ecos de Lontano (1967), entre otras partituras del genio magiar); todo ello, progresivamente esfumado en los tres movimientos de estas nuevas Three Watercolors).
Con Psychogram I "Jajgatós" (2013, rev. 2016) las improntas en el aparato estilístico de Márton Illés se multiplican e incorporan a uno de sus principales maestros, el alemán Wolfgang Rihm, con quien Illés completó su formación en Karlsruhe. El apremiante expresionismo rihmniano encuentra un eco de sobresaliente altura en una partitura, "Jajgatós", cuyas influencias creo no menos visitadas por otro gran compositor vivo también buen conocedor de la viola, como György Kurtág, del que llega a este Psychogram I el lado existencialista más ahogado e implosivo, la sombra que emerge tras los primeros ataques, tan asertivos y furibundos, cual auténticos gritos o latigazos.
"Jajgatós" es una partitura en la que se puede observar la personalísima notación de Márton Illés, sus desarrollos gráficos y sus patrones acústico-visuales, que dan lugar a una asociación del gesto con el sonido tan directa como atroz, por la virulencia del ataque y la consecución de lo que Illés pretende sonidos espirales: verdaderos torrentes que, como un grabado de Escher, se interconectan sin descanso ni puntos de fisura: continuum musical que en este compacto borda Paul Beckett en una interpretación espeluznante. Pieza explosiva y delirante (dentro de una escritura perfectamente lúcida y controlada, pues el magisterio de Márton Illés en el dominio de estos aullidos instrumentales es impecable), Psychogram I "Jajgatós" está llamada a figurar entre las grandes piezas para viola sola de comienzos del siglo XXI. A afianzarla en esa posición de privilegio han de contribuir las sucesivas grabaciones que nos ayuden a definir sus muchos perfiles y posibilidades (multiplicados por la propia notación utilizada). Afortunadamente, a día de hoy contamos con dos registros formidables, tanto éste, en Kairos, a cargo de Paul Beckett (que me parece la versión más extrema, furibunda y lograda), como la grabación que Megumi Kasakawa incluyó en su CD Portrait del Ensemble Modern Medien (EMCD-036): otra lectura no menos destacable, aunque más atada que este auténtico «ataque neurótico» —como Illés define a su partitura— a cargo de Beckett (violista de apellido cuyas reminiscencias literarias no podrían ser más afines a una partitura como "Jajgatós").
Por su parte, las Three Watercolors for Clarinet, Violin, Violoncello and Piano (2017-20) enfatizan los elementos armónicos y tímbricos idiosincrásicos de cada instrumento, por lo que su desarrollo marca la personalidad diferencial y el trazo individualizado de cada componente del cuarteto. En su primer movimiento, retoma Márton Illés las posibilidades no del todo desarrolladas en Három akvarell klarinétra, de forma que el clarinete adquiere un papel muy destacado, contrastando sus materiales, más sutiles y aéreos, con los más aguerridos y percusivos del piano. El segundo movimiento da nuevas vueltas de tuerca a esos procesos de fragmentación sonora, ganando peso las cuerdas, y sólo en la tercera parte de esta acuarela los instrumentos comienzan a diluir sus colores los unos en los otros, con una plasticidad muy bella y sugerente en progresivo silenciamiento, por lo que el contraste es muy fuerte con lo que había sido un comienzo tan disperso y dinámicamente agresivo.
Psychogram II "Rettegős" (2015) retoma un instrumento tan querido por Illés como el clarinete, aquí nuevamente en solitario para desgranar un amplio estudio musical de las emociones convertido en un verdadero psicograma del terror expresado en sus formas más agudas, lo que nos conduce a pasajes desaforados y enloquecidos que recuerdan a algunas de las magistrales partes vocales de la xenakiana Aïs (1980). Es éste, por tanto, un universo desquiciado y violento, poblado por unos multifónicos cuya expansión por medio de respiración circular parecen tramarse (que no lo hacen) gracias a un desdoblamiento electrónico, así como a través de sobreagudos y de una gestualidad que hibrida lo ruidista con el lenguaje armónico.
Auténtico tour de force para clarinete,"Rettegős" lleva a cabo todo un compendio de posibilidades y una exploración de gran calado que la convierten en una muy pertinente vía para expandir los límites del instrumento, algo en lo que se muestra soberbia una clarinetista de tan magistral dominio (recordemos sus lecciones lachenmannianas) como la japonesa Shizuyo Oka. La suya es una versión menos expresionista y furibunda que la registrada en 2015 por Boglárka Pecze (clarinetista del Trio Catch) en el estreno mundial de "Rettegős" en las Wittener Tage für neue Kammermusik, jornadas alemanas en cuya edición discográfica del año 2015 podemos escuchar un registro ligeramente más rápido que el de una Shizuyo Oka que apuesta por un mayor control y una respiración más pausada en una partitura que, así, no hace más que desvelarnos dos formas de convertir en música ese miedo primordial al que se refiere Márton Illés en "Rettegős": considerable miedo, en esta versión de Shizuyo Oka para Kairos, y terror desaforado, en el que fue estreno a cargo de Boglárka Pecze.
La última de las Three Watercolors aquí reunidas es la que fuera escrita entre 2018 y 2020 para ensemble: página que sí lleva a cabo una profusa permutación y síntesis de materiales desde su mismo inicio, fundiéndose los colores instrumentales de forma muy plástica y acorde con esa liquidez propia de la acuarela, aunque en el ensemble tengan una gran primacía las sonoridades metálicas y los efectos percusivos. Ello es, en buena medida, producto de la importancia que Márton Illés concede a una percusión que se incorpora a los restantes efectivos instrumentales presentes en las precedentes Watercolors; una percusión que ejercerá de puente tímbrico entre los restantes instrumentos, pues éstos despliegan todo un elenco de técnicas extendidas propias de la percusión (en una línea netamente post-lachenmanniana).
Cierra este intenso recorrido Psychogram IV "Durcáskodós" (2019-21), obra para violonchelo solo cuya partitura ya ha conocido tres ediciones y en la que Márton Illés reflexiona sobre la negación de la comunicación, sobre lo que podríamos decir un estado mohíno y enfurruñado en el que el yo se repliega sobre sí mismo, evitando el contacto con los demás. Por tanto, nueva emoción convertida en música, dentro de este gran estudio psiquiátrico-acústico que es el ciclo Psychogram. De este modo, el violonchelo no para de girar sobre sí mismo, con fases que van de la mudez a lo que parecen explosiones en latencia que, finalmente, no llegan a desplegarse en su totalidad, sino como exabruptos entrecortados. Es por ello lo fragmentario de "Durcáskodós", las continuas fisuras en su desarrollo: un trabajo del quebranto discursivo nada sencillo de realizar con esta coherencia y sentido dramatúrgico pues, al mismo tiempo, estamos ante un evitar la comunicación que, obviamente, es un todo ejercicio comunicativo en sí mismo, como partitura musical que "Durcáskodós" es.
Sobrepresión de arco, glissandi, diversas formas de frotado, circularidad, fragmentos melódicos truncados y desordenados acentos marcadamente obsesivos pueblan una partitura, Psychogram IV "Durcáskodós", con la que concluye este compacto por medio de otra excelente lectura, la de Åsa Åkerberg, violonchelista sueca del ensemble recherche capaz de convertir su instrumento en una auténtica máquina de sonidos recurrentes y obsesivos (escúchese el comienzo del noveno minuto en esta grabación). Es por ello que contenido y forma, incomunicación y expresión musical, adquieren en su versión un sentido pleno, repleto de detalles que dibujan esta nueva forma en las obsesiones descritas tan elocuentemente por Márton Illés en sus Psychogram; sin duda, uno de sus mejores ciclos compositivos hasta la fecha y del que esperamos con impaciencia futuras entregas.
Las grabaciones de estas siete partituras, a cargo de la SWR, son ejemplares, como no cabía menos esperar de una de las radios alemanas con mayor experiencia en este repertorio. Completa el lanzamiento la habitual edición del sello Kairos: exquisita, tanto en diseño como en datos completos de los registros y fotografías de compositor e intérpretes (aunque esta vez echamos de menos los ejemplos de partituras que Kairos suele incorporar en sus libretos, y que en el caso de Márton Illés tan reveladores hubiesen sido). Las que sí iluminan el gran trabajo del compositor húngaro son las notas a cargo del ya mencionado Eckhard Weber, que nos permiten profundizar en una de las voces de la nueva música magiar llamadas a seguir ocupando un puesto de privilegio en el mapa de la música actual europea.
Paco Yáñez, Santiago de Compostela, 1974, desarrolla su actividad creativa en la intersección y diálogo de diversos lenguajes artísticos; destacadamente, la fotografía, la música, el cine y la literatura. Tal es el camino recorrido por sus dos novelas hasta ahora publicadas: ...distancias... (Baía Edicións, 2008) y contra(de)cadencia (Laiovento, 2014; EdictOràlia, 2021), así como por sus ensayos, entrevistas y críticas musicales, publicados en ocho idiomas en medios especializados de América y Europa, así como sus notas para conciertos y discos. Diversos compositores han creado obras musicales inspiradas en sus fotografías y textos poéticos, diálogos interdisciplinarios que articulan toda su creación.
Ha pronunciado conferencias en conservatorios, auditorios y espacios culturales, como la Universidad de Santiago de Compostela, el Auditorio de Galicia, el MARCO de Vigo, la Fundación Luis Seoane, o el Centro Gallego de Arte Contemporánea.
Sus fotografías han sido exhibidas y publicadas en exposiciones, catálogos y revistas de arte y música, tanto en España como en el extranjero, incluyendo instituciones y medios especializados como la revista Sibila, la revista del CGAC, Ricordi, etc.
En el terreno cinematográfico, ha colaborado en la realización de los documentales Correspondencias sonoras (2013) y Enrique X. Macías. A lira do deserto (2020), obras de Manuel del Río.
Paco Yáñez es colaborador de El Compositor Habla
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