ISSN 2605-2318

Noticias

«El año que vivimos peligrosamente» por Gema Pajares


16/12/2022

Nuestra colaboradora Gema Pajares despide el año con esta crónica

«Bombas sobre Odesa»
por Gema Pajares










24 de febrero de 2022: Rusia invade Ucrania.
Las bombas hacen callar por un tiempo al teatro de la ópera y ballet de Odesa, el principal del país y uno de los más bellos del mundo. El primero, por ejemplo, que fue calentado por vapor y que gozó de un sistema de refrigeración a base de bloques de hielo e iluminado por luz eléctrica. Dicen que su acústica es única y que hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, aunque sea en voz baja, porque todo se puede escuchar. Ha ardido dos veces y otras tantas se ha levantado. Además de la cultura de la cancelación que todo lo mancha, los tiempos de ellos, ellas y elles, la espantada de Angel Blue en Verona, los desafueros de Anna Netrebko sobre el blackface o la recentísima Traviata transexual de Cremona (¿de verdad es necesario tanto experimento y absurda actualización que no hacen sino reconfirmar que Violetta Valery siempre fue y será, tal como la dibujó Verdi, una prostituta?) este año de tanques y drones en el que vivimos a media luz y con el gas al cuello ha tenido como protagonista a un coliseo que no se ha rendido ni siquiera un nanosegundo y ha plantado cara al peor tiempo posible, el de la guerra, con cultura.



En horas precarias para la cultura (¿cuándo no lo han sido?) con presupuestos ridículos y teatros que se medio ahogan, esta preciosa casa de la ópera, que ha sentido el ruido de sables a escasos metros de sus paredes, ha sido capaz de levantar el telón, a mano si era necesario, para que el espectáculo continuara. Incluso teniendo que retrasar una hora, lo sé porque lo viví a tiempo real gracias al WhatsApp, el estreno mundial de Katerina, del compositor ucraniano Oleksandr Rodin (ópera basada en la obra de Taras Shevchenko) el pasado mes de noviembre porque los misiles silbaban demasiado cerca. Los cantantes han tenido que acomodar sus voces a los sonidos de las sirenas. En el escenario ya no pueden olvidarse de sus vidas durante dos horas, las que, por lo general, dura una representación, sino que han de estar atentos a las alarmas.
 
"Y aun así, no han dudado en dejarse la piel, en jugarse la vida, que eso sí es jugarse la vida, sobre las tablas".





Todos aquellos que forman la compañía de este coliseo lírico merecen una ovación cerrada, el aplauso unánime y el premio que los galardones líricos más prestigiosos, International Opera Awards, ha otorgado al Teatro Académico Nacional de Ópera y Ballet de Lviv y el Teatro de Ópera y Ballet de Odesa como mejores compañías líricas por alzar la voz y convertirse en un remanso de paz en tiempos de bombas indiscriminadas. Es este teatro con aspecto palaciego de Odesa la sede del ballet y por eso, sus bailarines también se ponen estos días en puntas. El calendario de la programación anuncia la próxima llegada de Nabucco. No habrá un coro de esclavos que entone el “Va pensiero…” como el de Odesa, seguro. También en plena Navidad, El barbero de Sevilla. Los asientos más caros rondan los 12 euros, una fortuna para quienes no tienen cómo hacer frente a los termómetros bajo cero, pero que están, sin embargo, acostumbrados a alimentarse de cultura, que no engorda. No falta público, ni un solo día ha faltado. Tampoco los profesores de la orquesta han huido con sus violas bajo el brazo. En la Ópera de Odesa se canta como si se saliera al escenario de La Scala en una prima. Que las escenografías no sufrieran desperfectos ha sido una verdadera odisea, pues el teatro, joya arquitectónica mundial, junto con los 192 escalones de la escalera Potemkin, en la misma ciudad, ha estado desde el minuto uno en el objetivo de Putin.

En Ucrania se representa y se canta ópera, aunque caigan chuzos de punta, porque la cultura y el arte se respiran. Lo que nos queda por aprender de aquellos que no tienen casi nada ahora (sus voces, eso sí, están intactas, lo mismo que su coraje) y lo dan absolutamente todo. En este 2022 que sigue la estela de que ya nada volverá a ser lo que fue, la cultura, bendita sea, nos sigue, les sigue, haciendo libres. Por esas dos inmensas compañías de teatro que son un ejemplo para todos. Por Anastasia Golub, primera soprano de la ópera de Odesa, que ha querido volver a cantar desde su teatro jugándoselo todo. Y por las otras cientos de Anastasias que se acostaron una noche libres y al día siguiente despertaron en una pesadilla de la que, ojalá, muy pronto puedan despertar.





Teatro de Ópera y Ballet de Odesa
Одеський національний академічний театр опери та балету
Prymors'kyi Rayon, Odesa, Ucrania

El Teatro de Ópera y Ballet de Odesa, cuyo nombre oficial es Teatro Académico Nacional de Opera y Ballet de Odesa, es el teatro más antiguo de Odesa, Ucrania. El Teatro y la Escalera de Potemkin son los edificios más famosos en Odesa.
El primer teatro de la ópera fue abierto en 1810 y destruido por el fuego en 1873. El edificio moderno fue construido por Fellner y Helmer en estilo neo-barroco y abierto en 1887. El vestíbulo es de un lujoso estilo rococó. Su acústica extraordinaria permite escuchar un cuchicheo cualquier parte del vestíbulo. La renovación más reciente del teatro fue completada en 2007.​

Fotografía Alex Levitsky & Dmitry Shamatazhi

Créditos de las fotografías: Odessa National Academic Opera and Ballet Theatre














Gema Pajares Jiménez
Nacida en Madrid en 1965, es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. En julio de 1990 empezó su andadura profesional como becaria en la sección de Cultura del diario ABC. Meses después pasó a trabajar en el suplemento semanal ABC de las Artes y de ahí al semanario ABC Cultural hasta el verano de 1998. En noviembre de ese mismo año es nombrada jefa de sección de Espectáculos del recién creado periódico La Razón, que funda Luis María Anson. Años más tarde desempeña el cargo de jefa de sección de Cultura del diario, donde ha trabajado 22 años hasta enero de 2020. Actualmente colabora en distintos medios
 
 

Destacamos ...



Este trabajo tiene la licencia CC BY-NC-SA 4.0