ISSN 2605-2318

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«Sigue existiendo un techo de cristal para las mujeres» Marina Bollaín


24/10/2023

Una entrevista de Gema Pajares para El Compositor Habla


 
Muy contenta está Marina Bollaín (Madrid, 1967) de su llegada al Centro de Difusión de las Artes Escénicas y la Música (CDAEM). Fue nombrada en septiembre y estos casi dos meses han sido de una intensidad difícil de igualar. El ofrecimiento, cuenta, no le pilló de sorpresa. Digamos que fue “relativa”. Ella y la anterior responsable, Ana Fernández Valbuena, ya se conocían y Bollaín sabía que el puesto iba a quedar vacante: “Mi perfil podía cuadrar para la persona que estaban buscando, me dijo ella. Y me preguntó si me interesaba. Encajaba y, además, siempre he estado cerca de la casa”, comenta. Así que aceptó. Llega con una experiencia en la escena y la docencia de bastante peso. Ligada a la dirección de escena, la dramaturgia, el canto, la interpretación y la enseñanza, es doctora por la Universidad Complutense de Madrid en el programa Lengua y Literatura en los medios de comunicación y licenciada también en Filología Alemana, que obtiene en 1993 y que la lleva a vivir a Berlín durante once años. Allí adquiere otras dos licenciaturas en la Escuela Superior de Música Hanns Eisler: el Título Superior de Canto y el Título Superior de Dirección Escénica de Ópera y Dramaturgia.



1. Gema Pajares: Dice que su aterrizaje en el CDAEM fue una sorpresa “relativa” para usted. Sin embargo, su vida laboral ha dado un giro importante el mundo de la escena y la enseñanza a la Administración. ¿A qué ha renunciado para ocupar este cargo?

Marina Bollaín: Bueno, ha implicado dejar la docencia. Y los alumnos se han quedado como pollos sin cabeza, que es algo que me ha dado mucha pena. Para mí significa un reto enorme meterme en la Administración, entre otras cosas, por el ritmo de trabajo, más tranquilo en la escuela. Aquí, desde el primer momento, ha sido intenso, todo el tiempo a tope. Lo que estoy aprendiendo… Pero me estimula bastante. Siento una enorme curiosidad por saber lo que puedo aportar.
 
2. G. P.: En la página web del CDAEM se puede leer lo siguiente: “Si el patrimonio escénico y musical de nuestro país es casi infinito, es misión del CDAEM custodiarlo y ofrecerlo”. No es una tarea fácil de entrada…

Marina Bollaín: Es bastante tarea y hay mucho material que está aquí. Siempre tenemos donaciones o cesiones que están en marcha y el fondo es enorme. Pero no me asusta, tengo tantas ganas de hacer…
 
3. G. P.: ¿Es el CDAEM un gran desconocido?

Marina Bollaín: Relativamente. Los profesionales lo conocen bien y hay apartados como la Teatroteca que es una de las estrellas. Durante la pandemia, de tener unas visitas modestas, pasó a petarlo. Casi morimos de éxito. Y es que es completísimo y se pueden encontrar piezas escénicas que en su momento no hayas podido ver en teatro y verlas a través del ordenador. Recibimos constantes visitas de alumnos que se acercan hasta aquí para concerlo de cerca y ver todas las posibilidades que ofrece. Han de saber que desde aquí se puede estudiar e investigar.
 
4. G. P.: Los legados y las donaciones son parte capital. Y mejor realizados en vida, como por ejemplo, el de Lluís Pasqual.

Marina Bollaín: Esa es la clave, que el donante esté vivo y pueda contar y explicar el material que ofrece. Las condiciones de que va a gozar en esta casa son las idóneas y estará custodiado por profesionales. El trabajo de los archiveros es una labor muy tapada y, sin embargo, es uno de los pilares, de lo que nos sustenta. En el caso del fondo Lluís Pasqual hay documentación sobre montajes escénicos, textos, documentos de apoyo para los montajes, cuadernos de dirección, fotografías, anotaciones personales, colecciones de postales, borradores y notas, partituras, vídeo y audios. Es de lo más completo. En el caso de Antonio Gades estamos hablando de un legado con 56.000 documentos en papel.
 
5. G. P.: ¿Cuánto tiempo va a estar? ¿Se ha dado un plazo?

Marina Bollaín: Hablamos de una comisión de servicio de un año, que es prorrogable si las dos partes quieren. Y yo vivo el presente como si me fuera a quedar siempre aquí.
 
6. G. P.:¿Cree que hay un tiempo que es necesario para poder desarrollar un proyecto de estas características, dos años, tres, cinco, uno?

Marina Bollaín: Un año tardas en situarte, en saber dónde estás, eso es lo que me han dicho mis compañeros. Yo ahora estoy siguiendo los proyectos de mi antecesora, pero todo requiere un tiempo. Acabado de llegar. Y te diré que me he quedado en herencia un proyecto de catalogación que es bastante ambicioso.
 
7. G. P.:¿En qué consiste?

Marina Bollaín: Vamos a poner toda la energía en sacar adelante un cambio radical del sistema de herramientas de catalogación que se va a renovar totalmente, pues el CDAEM agrupa a dos centros en uno solo, que son el de Documentación Teatral y el de Música y Danza, y de lo que se trata es de fusionar ese catálogo, utilizando los fondos europeos Next Generation, de hacer el alma del CDAEM y de trabajar así con una herramienta común para ambos. Vamos, que es un proyectazo lo que me espera. He descubierto, además, que la tendencia natural de un proyecto es a quedarse parado y lo que hay que hacer es ponerlo en marcha. También tenemos entre manos unas jornadas de teatro y magia, donde reflexionamos sobre ambos, que creo va a ser de lo más creativo dentro de mi gestión, colaboraciones con festivales de artes escénicas, continuar con la gira de la exposición de Antonio Gades. Y todo lo que vaya surgiendo.
 
8. G. P.: ¿Qué objetivos se ha marcado en su gestión?

Marina Bollaín: Mejorar y seguir el camino trazado por mis antecesores lo mejor que pueda. Difundir la labor que lleva a cabo el centro poniendo en valor todo lo que tenemos aquí. Que se siga conociendo y que el público sepa que está a su disposición y lo puede consultar.
 
9. G. P.:- Dicen que en la Administración hay que tirar del carro para que ande…

Marina Bollaín: Estoy descubriendo que hay un montón de gente valiosa y me he encontrado con mucha ayuda, con profesionales muy asequibles e interesados por el teatro. La Administración no es un ente abstracto ni un monstruo. Es más, ha sido mi descubrimiento, pues existen muchos prejuicios en torno a ella y su funcionamiento. Cuando se presentó en conjunto la temporada del Inaem, con todas sus unidades, quedó subrayada la apuesta que se hacía por lo joven y desde este organismo también lo vamos a hacer.
 
10. G. P.: Usted es una persona que vive de cerca la zarzuela, autora de montajes muy recordados, por ejemplo, en Berlín, y más cerca, en la Escuela de Canto de Madrid. ¿No ha estado en contacto con Daniel Bianco durante el tiempo que ha sido director del coliseo para estrenar una zarzuela con la marca Bollaín?

Marina Bollaín: Sí, claro. Hablé con el de un proyecto, aunque finalmente no se pudo hacer. Digamos que era atrevido. Estábamos en conversaciones. Fue al poco de llegar él al teatro. Era sobre un título de Barbieri, cuyo montaje no era precisamente sencillo y que ocurre en la corte de Madrid. A él le gustó, pero no se ha hecho.
 
11. G. P.: Ahora puede retomarlo la nueva directora, Isamay Benavente. Sé que ambas han hablado ya.

Marina Bollaín: Así es. Quiero que lo conozca.
 
12. G. P.: ¿Qué va a echar de menos, Marina?

Marina Bollaín: Seguir dirigiendo. Sé que lo voy a echar mucho de menos. Tampoco he hecho tantos estrenos al año, así que me he propuesto, siempre que sea compatible, poder hacerlo y no abandonarlo. No obstante, ahora he llegado aquí y me siento mucho más flexible. Dejaré que todo fluya. Para mí, esto es nuevo y eso me gusta, es un acicate. Aprender va conmigo. Además, disfruto con un lápiz que me den.
 
13. G. P.: El tema de la cultura se antoja la mayoría de las veces residual, por muchas estadísticas que tengamos a mano sobre su peso específico en el PIB. Los políticos si se acuerdan de ella es en campaña electoral. Y no siempre. ¿Tiene el peso que merece?

Marina Bollaín: Siempre podría tener más. Ojalá pudiéramos tener un modelo como el francés, que tanto la protege, o el alemán, que conozco bien, aunque no pienso que sea un bien residual. Por ejemplo, la pandemia puso de manifiesto que era fundamental. Aunque, no nos engañemos, nuestro tejido cultural es frágil. Y en este sentido, el Inaem trabaja bastante, aunque siempre se puede hacer un poco más.
 
14. G. P.: Por ejemplo. En cuanto a la música contemporánea, ¿tiene suficiente presencia?

Marina Bollaín: Se hace, claro que sí, y se han dado pasos de gigante, se ha avanzado mucho, y ver esos avances resulta de lo más gratificante. Se programa bastante más que años atrás. Por ejemplo, antes hablábamos de la Zarzuela, que no ha dejado de dedicarse a estrenar obras en estos años. En breve veremos la versión operística de La Regenta, de Clarín, que coproducen el Teatro Real y el Teatro Español, con partitura de Marisa Manchado, que es una compositora contemporánea estupenda en Matadero. Yo, siempre que veo un estreno, voy de cabeza. Me alegra que se puedan ver nuevas versiones, porque significa que las obras de nuestros clásicos están vivas. El público ya lo va integrando en su agenda porque forma parte de la programación.
 
15. G. P.: De ahí a poder vivir de la composición en España…

Marina Bollaín: Eso es otra cosa. Hasta qué punto hoy se puede vivir siendo un compositor. Alemania, en este sentido, juega en otra liga. Allí, la música, tanto la clásica como la contemporánea, forma parte del ritual de cada día, algo que se pone de manifiesto en la formación desde la escuela, donde los niños ya tocan un instrumento y poseen conocimientos musicales. Aquí resulta muy complicado ese acercamiento que no se da en los colegios y no ayuda a que la música te acompañe en tu vida. Berlín tiene tres teatros de ópera. Es otro mundo. Creo, además, que lo digital, tan presente durante la pandemia, ha hecho que valoremos más lo presencial. El teatro siempre ha sido la hermana pobre y ha experimentado una revalorización, mientras que al cine se lo están comiendo las plataformas.
 
16. G. P.: Una mujer en un puesto de responsabilidad aún es una cuestión de la que hay que felicitarse. ¿Hasta cuándo?

Marina Bollaín: Me temo que queda todavía camino. Por ejemplo, estoy deseando que se nombre a la primera rectora de la Universidad Complutense, ya nos vale. O a la primera presidenta del Gobierno. Eso está por llegar. Sigue existiendo un techo de cristal para las mujeres. No obstante, debemos normalizar el hecho de que cada vez seamos más ocupando puestos de responsabilidad para que se vea que hay referentes. Nos queda por ver y aprender.
 
17. G. P.:¿Sigue yendo a trabajar en bicicleta?

Marina Bollaín: Sí. Me lo planteé y me dije: “Yo soy yo”, y eso que Madrid es una ciudad antipatiquísima para moverte en bici, a veces incluso agresiva. Yo siempre voy con siete ojos bien abiertos. Pero cuando me subo encima me pongo de buen humor. Te da una independencia y una libertad de movimiento que no se puede comparar con otro medio de transporte.
 
 
 
 
 
Marina Bollaín Pérez-Mínguez (Madrid, 1967) es la nueva directora del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y la Música (CDAEM), unidad dependiente del INAEM a la que se acaba de incorporar este mes de septiembre en sustitución de Ana Fernández Valbuena, quien ha pasado a formar parte de los servicios centrales del organismo como Subdirectora General de Teatro y Circo. La trayectoria laboral de Bollaín está ligada a la dirección de escena, la dramaturgia, el canto, la interpretación y la docencia.
Habla con fluidez inglés y alemán, es doctora por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en el programa Lengua y Literatura en los medios de comunicación y posee el título de Máster en Artes Escénicas de esta misma institución educativa. Asimismo, es licenciada en Filología Alemana, título que obtiene en 1993 y que la lleva a vivir a Berlín, donde reside once años y adquiere otras dos licenciaturas en la Escuela Superior de Música Hanns Eisler: el Título Superior de Canto y el Título Superior de Dirección Escénica de Ópera y Dramaturgia.
Además, fue becaria de la Academia de España en Roma en la especialidad de Artes Escénicas y ha ejercido también como Catedrática de Escena Lírica en la Escuela Superior de Canto de Madrid y como profesora de Repertorio en Escena en el Conservatorio Superior de Música del País Vasco Musikene.
En cuanto a sus montajes teatrales, centrados en la dirección de escena, adaptaciones y nuevas dramaturgias, destacan títulos como La verbena de la paloma, Cuerpos deshabitados (ópera contemporánea con música de Sánchez Verdú), La ópera de tres peniques, La Regenta, Harragas (teatro documental), Le nozze di Figaro, Bastian y Bastiana, La voix humaine, Dido y Eneas y La del Manojo en la T4 (adaptación), entre otros.
También ha participado como cantante invitada en prestigiosos escenarios internacionales (como el Festival de Salzburgo y la Ópera de Leipzig) y ha formado parte de la asociación Yehudi-Menuhin Stifftung Live Musik Now realizando numerosos conciertos como solista. Asimismo, ha ofrecido actuaciones de cámara para delegaciones españolas en el extrajero, especializándose en música española, y ha grabado tres discos con canciones de Federico García Lorca, Fernando Sor y Enrique Granados.
Como intérprete ha trabajado en las películas Las dos orillas y Dime una mentira, título que le hizo ganadora del premio a mejor actriz ex aequo con Icíar Bollaín en el Festival de Cine de Gijón de 1992.



La fotografía de Marina es de Armando Gómez García y ha sido facilitada por Marina Bollaín.


Más información en la web del Ministerio de Cultura


 

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