SOFÍA MARTÍNEZ: Homenaje a Ligeti. ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA Y NACIONAL DE CATALUÑA (OBC)
Benjamin Shwartz. Álbum grabado los días 26 y 27 de enero de 2021 en la Sala 1 Pau Casals, L’Auditori de Barcelona. L’Auditori LA-OBC-005. Fecha de publicación: 08/12/2023
La compositora Sofía Martínez (1965-) es una de las merecidas protagonistas de las grabaciones del
sello discográfico de L’Auditori, que tanto está apostando por la
difusión de la cultura a través de sus tres líneas prioritarias: la música catalana, las mujeres compositoras y la publicación de la integral de la obra sinfónica de Maurice Ravel (1875-1937), a propósito del 150 aniversario de su nacimiento en marzo de 2025. En esta ocasión, el objeto de la presente reseña es un evocador homenaje musical de la autora vitoriana a György Ligeti (1923-2006), uno de los grandes nombres de las vanguardias europeas –de quien se ha estado celebrando, por cierto, el centenario de su natalicio justo el pasado año–. En concreto, el álbum titulado
Homenaje a Ligeti está formado por “Mañana” y “Utopía”, dos obras que, si bien comparten un espíritu similar, presentan, cada una de ellas, una entidad propia y pueden escucharse a través de las principales plataformas.
De entrada, el título del CD podría llevarnos a pensar que, para su escritura, Sofía Martínez se hubiera inspirado en el legado y en las técnicas compositivas de Ligeti, uno de los principales contribuidores de la nueva música y a quien el gran público reconoce, especialmente, por la inserción de sus piezas en la Banda Sonora Musical de películas
como 2001: Una odisea en el espacio –donde se integran
Atmosphères (1961), su
Réquiem (1963-1965) y algunos pasajes de
Lux aeterna (1966)–. Respecto al legado de Ligeti, las dos partituras de Sofía Martínez coinciden con el compositor húngaro, entre otros rasgos, en la disposición de superficies tímbricas. Sin embargo, según se desprende de las palabras de la propia autora referenciadas por Ismael G. Cabral en las
notas al programa del CD,
Homenaje a Ligeti nace como un acto de respeto y admiración:
“Quise hacer un homenaje a este gran músico que tanto ha influido en los compositores actuales, y en mí misma desde luego, aunque esto no quiere decir necesariamente que haya utilizado técnicas compositivas suyas”.
Ese sentido de veneración a las célebres figuras del pasado –que se evidencia, igualmente, en las escasas entrevistas concedidas por Sofía Martínez– es un reflejo de la humildad de las más destacadas figuras del presente, como es su caso. A este respecto, lo cierto es que no todos los compositores actuales pueden enorgullecerse de conocer, a la perfección, el legado de esos consagrados maestros del siglo XX y, mucho menos, de haber compartido tiempo y enseñanzas con algunos ellos. Algo que sí puede hacer la propia Martínez, que estudió piano en el Conservatorio Superior de Música de Madrid bajo la tutela del recientemente fallecido Manuel Carra (1931-2024) y composición en el Conservatorio de Música “Jesús Guridi” de Vitoria con Carmelo Bernaola (1929-2002). En 1992, gracias a una beca del Banco de España, se trasladó a París, donde amplió su formación con cursos de composición, análisis musical y dirección orquestal en el marco de la École Nationale de Musique de Romainville, el Conservatorio Superior de París y la École Nationale de Musique d’Evry. Adicionalmente, ha participado en cursos y simposios con Luigi Nono (1924-1990), Pierre Boulez (1925-2016), Cristóbal Halffter (1930-2021) y Luis de Pablo (1930-2021).
Fruto de esa dilatada formación, y conocedora de la herencia musical de los referentes contemporáneos, Sofía Martínez ha sido capaz de forjar una carrera que abarca la heterogeneidad estilística y tímbrica ya desde sus primeras composiciones. Así se puede constatar en
I had a dream: En memoria de Luther King (1997) –para flauta, clarinete, saxofón, percusión, piano, violín y violonchelo–,
Círculo polar ártico (1998) –para flauta, clarinete, fagot, arpa, violín y violonchelo, piano y percusión–,
Lluvia (1998) –para acordeón solo– o
Apolo y Dafne (2000) –para orquesta–, reconocida, esta última, con una mención especial en el Concurso de Composición del Colegio de España de París y del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM).
Si bien las instituciones no siempre apuestan por los trabajos de autoría femenina, su innovador legado ha determinado que Sofía Martínez haya recibido encargos por parte del ya desaparecido Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, el INAEM, el Ministerio de Cultura francés y el Gobierno Vasco, entre otros organismos. Y su brillante trayectoria –de la que aquí solo ofrecemos unas pinceladas, y que se completa con reconocimientos como el
Premio de Composición Eresbil– también ha motivado la apuesta de L’Auditori a través de la grabación que nos ocupa, disponible en las plataformas digitales de su sello.
En el fondo, las creaciones de Sofía Martínez reflejan las inquietudes multidisciplinares de una música total –que ha desarrollado, asimismo, la interpretación, la dirección y la docencia–, igualmente presentes en el álbum objeto de esta reseña,
Homenaje a Ligeti. El estreno mundial de las dos obras que lo componen se produjo el 27 de noviembre de 2020, en plena pandemia por COVID-19, gracias a los conciertos retransmitidos en
streaming como parte del proyecto digital de L’Auditori. Por fortuna, la obra de Martínez pasa a contar con un soporte sonoro gracias a su registro –realizado los días 26 y 27 de enero de 2021 en la Sala 1 Pau Casals del complejo, en Barcelona –, ahora disponible, al alcance de la mano, en cualquier lugar y momento para disfrute de todos los oyentes.
Las dos piezas que forman parte del volumen pueden escucharse juntas o de forma independiente, tal como subraya Ismael G. Cabral en las notas al programa disponibles en la web de L’Auditori. En ambas, escritas en un espacio temporal de cinco años, se presenta una exploración de timbres, armonías y recursos que da como resultado sugerentes atmósferas, fruto de la particular visión de Martínez, del dominio performativo de los intérpretes de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC) y de la alta calidad de la grabación.
“Mañana” (2014) es una pieza absolutamente evocadora y expresiva, caracterizada por sus glissandos eternos. La propia compositora, en
su página web, expone su interés y el valor de este recurso por su capacidad para hacer perder los puntos de referencia tradicionales en lo que respecta a la altura y a la duración. La obra comienza con el protagonismo del violín, a través de un lento y casi infinito glissando,
in crescendo. El etéreo violín y la sutil orquesta en el sustrato sonoro dibujan un ambiente próximo al universo del propio Ligeti, a quien se homenajea con la composición. Posteriormente, la pieza se torna más apasionada con la presencia de otras melodías, añadidas por la superposición de timbres, que rememoran el ideal del impresionismo musical y que, antes de llegar al
forte, siempre hacen su presencia a través de
crescendos y
decrescendos muy precisos, ejecutados bajo la batuta del siempre acertado Benjamin Shwartz (1979-).
La sensación de volatilidad, predominante en la mayor parte de “Mañana”, se desvanece en los últimos cincuenta y cinco segundos: el sonido percutido de los últimos compases, procedente de los golpes de arco y de la percusión, junto con la aceleración del pulso, genera un desasosiego que solamente se rompe con el glissando descendente con el que la obra concluye, a modo de caída al vacío. Probablemente, en algunos puntos del metraje, el receptor pueda encontrar algunas evocaciones a
Ramifications (1968) de Ligeti. Más allá de ciertos puntos de conexión, sin duda, la constante suspensión de la estructura temporal lineal en la obra de Martínez no hace sino sumergir al oyente en algo parecido a lo que sería lo sublime a través de la música, quizá en la búsqueda de un mañana, como ideal de futuro, sin espacio ni tiempo, como los glissandos dominantes.
Por su parte, “Utopía” (2019) se caracteriza por la temblorosa melodía inicial del violín, sostenida, en su fragilidad, por las cuerdas, que contribuyen a anticipar un universo sonoro misterioso. El dibujo melódico es capaz de detener el tiempo para el receptor al funcionar, casi, como un antecedente a quien no le sigue su consecuente. Ante esa sensación de incertidumbre, el oyente occidental esperaría alguna respuesta, que no llega. Por el contrario, la única respuesta que encuentra es el silencio, de acuerdo con su valor como indefinición, como vacío, incluso como irrealidad. De acuerdo con este espíritu de quimera, me vienen a la cabeza algunas palabras del músico y filósofo Theodor W. Adorno (1903-1969), con quien Ligeti, el homenajeado en el álbum, compartió espacio, tiempo e incluso ciertos ideales:
“El elemento de irrealidad en el arte no es idéntico a la ilusión y al engaño en el mal sentido. En otras palabras, incluso el significado negado sigue siendo significado. No es traducible a hechos, pues cada obra de arte es siempre más que ella misma. Esto lo confirma el hecho de que incluso obras en las que se han eliminado rigurosamente todas las interconexiones […] crean, sin embargo, nuevos significados en virtud de ese mismo rigor” (Theodor W. Adorno, “Vers une musique informelle”, 1961).
La sensación de misterio en “Utopía”, de ensoñación, de estar inmersos en un estado superior, como dicta su título, es constante. A ello contribuyen, especialmente, además del motivo inicial del violín, los extensos y lentos glisandos que aparecen en la parte central de la pieza, en
crescendo y
decrescendo, ya característicos de Sofía Martínez, y que se alternan con la presencia de otras melodías nacidas por la superposición de estratos sonoros por parte de otros timbres, de otros colores, como también hiciera Ligeti. A medida que avanza la audición, se da cuenta de la riqueza de la orquestación, sin olvidar el protagonismo de los glisandos, que, incluso tras la aceleración de la figuración final del violín, vuelven a aparecer para finalizar en un sutil y sugestivo
pianissimo.
Más allá de sus particularidades, “Mañana” y “Utopía” coinciden en sus evocadoras atmósferas, así como en la riqueza de sus matices y detalles expresivos, fruto del profundo conocimiento organológico y técnico de Martínez y del virtuosismo de los intérpretes de la OBC. Igualmente presente, en ambas, se encuentra la idea de la pérdida de la noción del tiempo y de la altura, algo que puede resultar sanador para el ser humano actual, de acuerdo con las circunstancias que nos rodean, en favor del universo dibujado por Martínez, que traslada al oyente, durante unos minutos, a lo sublime y a lo etéreo.
© Virginia Sánchez Rodríguez, marzo de 2024
Virginia Sánchez Rodríguez es Doctora en Musicología por la Universidad de Salamanca, Licenciada en Historia del Arte, Máster en Música Hispana, Máster en Formación de Profesorado, Experta en Gestión Cultural y Titulada Profesional en Música, especialidad Piano. Actualmente es Profesora Titular de Música en la Universidad de Castilla-La Mancha e investigadora del Centro de Investigación y Documentación Musical (CIDoM)-Unidad Asociada al CSIC. Es coordinadora editorial de la revista Cuadernos de Investigación Musical (CIDoM-Unidad Asociada al CSIC), así como coordinadora de los monográficos anuales sobre música de ArtyHum: Revista Digital de Artes y Humanidades.
Es autora de 6 monografías y de más de un centenar de publicaciones nacionales e internacionales. Habitualmente, ofrece ponencias en congresos celebrados en España y en el extranjero y colabora de forma habitual como evaluadora externa en revistas indexadas. Además de la docencia e investigación, desarrolla conferencias-conciertos y conciertos didácticos sobre mujeres músicas y sobre música de cine. Es la coordinadora de la Jornada Internacional “La música y las artes plásticas tienen nombre de mujer” que se celebra, desde 2018, en el marco de la Facultad de Educación de Ciudad Real (Universidad de Castilla-La Mancha).
Entre los galardones por sus investigaciones, se encuentran el Premio de Investigación 2013 a la Mejor Tesis Doctoral (Fundación SGAE), el I Premio de Investigación “Rosario Valpuesta” 2015 (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y Diputación de Sevilla), el Accésit del Premio Internacional de Investigación “Victoria Kent” 2018 (Universidad de Málaga) y el Accésit del Premio Nacional de Divulgación Feminista “Carmen de Burgos” 2023 (Universidad de Málaga).
Sus líneas de investigación: Música y mujer en el cine elaborado durante el franquismo; Músicas populares (tradicionales y urbanas); Mujeres músicas de los siglos XIX y XX. (tradicionales y urbanas); Educación musical; Música y otras artes; Mujeres músicas de los siglos XIX y XX.
La foto de Virginia es de Carlos de la Torre Villar
Las fotos de los CDs son de May Zircus y han sido facilitadas por el Auditori
La foto de Sofía es de Sergio Belinchón y ha sido facilitada por la compositora
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